fbpx

 

“Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran”

Romanos 12:15


DEL YO AL NOSOTROS

Un niño comienza su vida pensando en sí mismo, pero tiene que crecer del YO al NOSOTROS.

Tiene que aprender que el nosotros no solo se refiere a él y a sus padres, o a él y a su familia, o él y sus familiares, o a él y sus amigos, tiene que aprender que "nosotros" lleva a su comunidad, su país y finalmente tiene que incluir a toda la raza humana. Tiene que aprender que la lucha no es contra (Efesios 6:12), sino a favor de personas, siguiendo el ejemplo de Jesús .

Como comunidad mundial de fe y vida trascendemos fronteras de nacionalidad, raza, clase social, idioma, y procuramos vivir en el mundo sin conformarnos a los poderes del mal, dando testimonio de la gracia de Dios por medio del servicio a los demás, cuidando de la creación, e invitando a toda la humanidad a conocer y a seguir a Jesucristo como Señor y Salvador.

Tenemos que crecer y dejar de ser el centro del universo para reconocer que el centro del universo es Dios mismo, y el amor al prójimo llega a ser la expresión natural de mi relación con Dios (1Juan 4:20).

La vida de un creyente maduro apunta a extender el nosotros, de manera que muchos puedan participar en el crecimiento de poner a Dios en el centro del universo y el amor aprendido de Él como aplicación e invitación a otros de participar en ese esfuerzo.

H.W.

Una cita para la fiesta de fin de año

Cuando estaba en el noveno grado, mi hermano mayor, Hans, que estaba en el penúltimo año de la secundaria, me parecía el símbolo de la popularidad. Era bueno en los deportes y salía en muchas citas. Nuestra casa siempre estaba llena de sus amigos, muchachos que yo soñaba que algún día me vieran como algo más que la "tonta hermanita de Hans".

Hans había invitado a Rebecca Knight, la chica más popular de la escuela, a la fiesta de fin de año, y ella había aceptado. El alquiló el esmoquin, compró las flores, y junto con el resto de su grupo de amigos populares contrataron un coche e hicieron reservaciones en un restaurante elegante. Luego, la tragedia azotó. La tarde de la fiesta, Rebecca cayó con una terrible gripe. Hans no tenía pareja y era demasiado tarde para invitar a otra chica.

Había muchas maneras en las que Hans podía haber reaccionado, incluyendo el enojarse, sentir lástima de si mismo, culpar a Rebecca, y aun creer que ella realmente no estaba enferma y que simplemente no quería ir con él, en cuyo caso el tendría que haber creído que era un perdedor. Pero Hans no solamente escogió permanecer positivo ante la situación, sino que también escogió darle a alguien la noche más inolvidable de su vida.

¡Me invitó a mí! ¡Su hermanita! Me invitó a que fuera con él a su fiesta de fin de año.

¿Pueden imaginarse mi emoción? Mamá y yo corríamos por toda la casa para arreglarme. Pero cuando llegó el coche con todos sus amigos casi me acobardo. ¿Qué pensarían ellos? Pero Hans solamente sonrió, me dio el brazo y orgullosamente me escoltó hacia el automóvil como si yo fuera la reina del baile. No me advirtió que no actuara como niña, no se disculpó con sus amigos, y pasó por alto el hecho de que yo iba vestida en un sencillo vestido de falda corta que había usado en un recital de piano, mientras que todas las demás muchachas llevaban elegantísimos vestidos formales.

Yo estaba deslumbrada con la fiesta. Por supuesto, me derramé ponche en el vestido. Estoy segura de que Hans les pagó a todos sus amigos para que bailaran por lo menos una pieza conmigo, porque nunca estuve sentada. Algunos de ellos hasta simulaban pelear por bailar conmigo. Me divertí muchísimo, y también Hans. ¡Mientras los chicos bailaban conmigo, él bailaba con las parejas de ellos! La verdad es que todos se portaron maravillosos conmigo esa noche, y creo que gran parte de la razón fue que Hans escogió enorgullecerse de mí. Fue la noche de mis sueños, y creo que todas las muchachas de la secundaria se enamoraron de mi hermano, quien fue lo suficiente "equilibrado", lo suficiente amable, y lo suficiente seguro de sí mismo para invitar a su hermanita a su fiesta de fin de año.

SEAN COVEY, TOMADO DEL L1BRO "THE 7 HABITS OF HIGHLY EFFECTIVE TEENS' (Los 7 HABITOS DE ADOLESCENTES ALTAMENTE EFICACES).

Fuerza para enfrentar

Muchos tienen temor de tomar riesgos, por las dudas que algo salga mal, o en caso de un “fracaso”. Tales preocupaciones son legítimas, pero probablemente tenemos que reevaluar lo que significa un “fracaso”. ¿Qué es un fracaso? ¿Es cuando las cosas no salen como habíamos esperado o planeado? ¿Es fracaso, cuando no tuvimos el ánimo de arriesgar y poner en práctica nuestros sueños?...

A Winston Churchill … se le preguntó en una entrevista … ¿Qué fue lo que mejor lo preparó para tomar riesgos..? Para la sorpresa de los entrevistadores, Churchill recordaba el tiempo, cuando fue obligado a repetir un año en la escuela. “¿Usted dice, que ha fracasado un año en la escuela?” “Yo nunca fracasé, sino se me dio una segunda oportunidad para hacerlo bien,” fue su respuesta.

Como dice John Ortberg: “Fracaso no es un evento, sino una evaluación de un evento. Fracaso no es algo que nos sucede, ni un cartel que le ponemos a algo. Es una manera de pensar sobre los resultados.”

Antes de que Jonas Salk llegara a desarrollar una vacuna contra la poliomielitis, probó 200 sin resultado positivo. Alguien le preguntó: “¿Cómo se sintió al haber fracaso 200 veces?” Salk respondió: “Yo no fracasé 200 veces. Se me enseñó a no usar la palabra fracaso. Simplemente descubrí 200 maneras de no vacunar contra la poliomielitis.”

Sir Edmund Hillary hizo varios intentos de escalar el Mount Everest antes de lograrlo. Después de uno de los intentos estaba parado en la base de la montaña gigantesca y le mostraba su puño, diciendo: “Llegará el momento cuando te voy a vencer, porque tu eres lo alto que puedes ser, ya no crecerás, pero yo estoy creciendo aún.” Cada vez que procuraba, fracasaba. Y cada vez que fracasaba, aprendía. Cada vez que aprendía, el crecía y procuraba de nuevo. Llegó el día cuando no fracasó.

De manera que llegamos a la conclusión de que el progreso en cualquier área viene a través de intentos sucesivos, “fracasos”, seguidos por renovados y mejorados intentos. En vez de ver los aparentes fracasos como piedras de tropiezo, se los transforma en escalones…

Fracasar no es caerse, sino más bien quedar abajo. Hay un nuevo comienzo disponible después de cada error, si nos volvemos a levantar y seguimos luchando. Simplemente se necesita valor. Como decía Churchill: “Éxito nunca es el fin; fracaso nunca es fatal. El valor es lo que cuenta.”

Tenemos que elegir dejar nuestra inclinación natural hacia las cosas seguras y los caminos bien conocidos. No queremos mirar atrás con remordimiento a las cosas que podrían haberse hecho. Alguien escribió un día: “Aquí está acostado uno, que su alma un día ardía con grandes esperanzas, a quien en algún momento se le abrieron un poquito las cortinas del infinito, pero a quien le faltaba el valor de aprovechar esas oportunidades.”

Un barco está seguro en el puerto, pero para cumplir con su propósito tiene que salir a alta mar. Ninguna tierra nueva fue jamás descubierta sin que el capitán del barco haya aceptado perder de vista la costa donde había embarcado. Anticipando remordimiento futuro, Mark Twain nos advierte: “Veinte años de ahora estarás más desilusionado por las cosas que no has hecho que de las cosas que has hecho. Por eso tira de ti las ligaduras. Navega mar adentro, alejándote de las costas seguras. Permita que los vientos empujen las velas de tu embarcación. ¡Explore, sueñe, descubra!...

Una mirada a las Sagradas Escrituras confirman que seguir a Dios en obediencia todo el camino es una decisión peligrosa y costosa. Desde Abraham dejando su país, su gente y la casa de su padre para ir al país que Dios le iba a mostrar (Génesis 12), pasando por el martirio de Esteban, hasta los azotamientos de Pablo y su ejecución final, hasta el destierro de Juan a la isla de Patmos, todos reconocieron y aceptaron las implicaciones potenciales de salir con fe.

Este peligro y riesgo está mitigado por incontables experiencias y afirmaciones al apropiarse del llamado de Cristo. Pablo puede exclamar triunfantemente: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?

No te quedes atrás, decídete y camina por el camino de Dios, hacia la meta que Él tiene para tu vida.

 

Hospital Evangélico en Radio Trans Mundial

Todos los miércoles desde las 22:05 hasta las 22:15 hs. Radio Trans Mundial (CX 4 Radio Rural AM 610) transmite un programa de Hospital Evangélico.

Vale la pena escucharlo!